Tranquilo


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6.4.10

CAFEOMANCIA
¿Qué es la Cafeomancia?
(Lectura de la borra del café)

Hay un viejo proverbio armenio que dice: "Toma esta taza y que Dios te haga Hablar". La CAFEOMANCIA, "SURCH TARTZNEL" en idioma armenio, es el arte de la adivinación o precognición por medio de la borra que deja un pocillo de café. Y decimos su nombre en armenio, que significa textualmente "dar vuelta el café", porque en esa comarca se rastrean los más antiguos recuerdos sobre esta forma de la magia blanca.

La CAFEOMANCIA es un arte milenario, cuyos orígenes se pierden en el tiempo; al parecer, el café fue introducido en Armenia mucho antes que en Europa, llevado desde La Meca por mercaderes etíopes hacia el año 1500. Cuando ello ocurría, ya en todo Oriente se hacían predicciones, fundamentalmente con sal. El hombre siempre ha encontrado en esa simbología una suerte de escritura y, desafiado, se ha visto impelido a descifrarla. Al menos en Armenia, la introducción del café incentiva ese interés; no sólo por su condición de estimulante sino incluso por un color que aporta su buena dosis de misterio. En cierto modo, es como penetrar en la oscuridad.

Leer la borra es una ciencia como leer los jeroglíficos; los simbolismos se transmiten de padres a hijos, pero además se necesita tener un sexto sentido, o un séptimo velo todavía. Y además se necesita tener una predisposición total, una gran percepción extrasensorial, como dicen los parapsicólogos. Toda anciana armenia que se precie sabe discifrar las misteriosas figuras que se forman en las paredes de un pocillo de café preparado "a la turca" y predecir por ellas el porvenir.

Para la realización de este antiquísimo arte no se utiliza cualquier tipo de café, debe emplearse un café especial -molido impalpable-. De otro modo, la borra no se forma. Después de prepararlo según fórmulas habituales, el café se vierte en las clásicas cafeteras orientales y se sirve como cualquier otro. Luego hay que beberlo a pequeños sorbos, dejándolo reposar. De este modo termina por quedar un sedimento que, mediante un breve manipuleo, se traslada a la paredes del pocillo. Una vez que se han adherido definitivamente -de ahí la necesidad de aguardar alrededor de diez minutos- los grumos forman figuras a interpretar.

En la interpretación hay un par de reglas inmutables. La borra adherida a las paredes indica el futuro mediato o inmediato, según que se encuentre a la izquierda o a la derecha del asa. Esa es una regla. La otra se refiere al significado de las figuras: una cuchara, por ejemplo, siempre significará abundancia.

La lectura de la borra del café es un secreto que, desde épocas inmemoriales, los armenios se vienen trasmitiendo de generación en generación. Es una trasmisión verbal, no escrita; las figuras tienen un significado que no cambia, pero el lector debe interpretarlas. Su campo de acción no se agota en la mera lectura, sino que se aproxima a la ciencia y a la psicología. De ahí que la CAFEOMANCIA sea, más que un oráculo, un test realizado entre dos personas: el paciente y el lector.

Con los símbolos que se forman en la borra del café y sus significados, se crea un arte de adivinación que tiene fanáticos y razonables estudiosos y que arrastra una tradición que se empalma con los primeros recuerdos de los armenios que descubrieron el encantador vicio del café.

1 comentario:

  1. adicta al café le habla a Lucas. Interesante.

    Porcierto que buen plan conocer a alguien que se llame Lucas despues del titulo de mi post anterior. Supongo que por ello te llamó la atención mi blog.

    Un saludo y bonito nombre ;)

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