No quiero escuchar ni la última gota del sollozo al már,
ni quiero ver la curvatura de la vertebra al explotar la cerradura.
Prefiero quemarle los ojos a la serpiente
y ocultar que la cáscara sin el fruto ya no es atractivo.
Ahora hay toda clase de árboles.
Sus frutos todos, carecen de cáscara.
Prefiero quemarle los ojos a la serpiente
y que devore en paz toda la hectárea.
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