Se parece a pararte frente a la ventana en tu casa, situada en la única colina de una explanada, y ver como a lo lejos se aproxima una tormenta. Un nubarron horrendo que inmediatamente inyecta através de las retinas futuros recuerdos de una mesa y hojas en blanco; hambrientas todas de ese elíxir que transpira tu caneta, tu bolígrafo. Así también en la tormenta y en la mirada se ven reflejadas las horas que se habrán pasado, pasada la tormenta, frente a un espejo que los engloba a todos y los hace comunicarse, el espejo donde reside toda verdad escrita. (o algo así)
Se parece a pasar la mano por la melena tupida, y como premisa del porvenir, no solo ver el nubarrón. Sino sentir como ya inunda tu coronilla y engrasa tus dedos.
Ahora es cuando la música de esos ingleses melancólicos te encamina en esa cabaña en la colina.
Esta tarde al volver, pateé una paloma; ese accionar inconsciente del deseo cotidiano.
Y todo por la humedad. (O no.)
Se parece a pasar la mano por la melena tupida, y como premisa del porvenir, no solo ver el nubarrón. Sino sentir como ya inunda tu coronilla y engrasa tus dedos.
Ahora es cuando la música de esos ingleses melancólicos te encamina en esa cabaña en la colina.
Esta tarde al volver, pateé una paloma; ese accionar inconsciente del deseo cotidiano.
Y todo por la humedad. (O no.)
Para mi, nuestras retinas son el disco C de nuestro ser existencial.
ResponderEliminarLas tormentas, solo sirven para hacerte saber lo miserable que sos para hcer algo por este mundo.
La musica, lo mejor que te puede pasar.
Y las palomas, para (literalmente) cagarte el dia.
pero el espejo engloba todo alreves...
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